lunes, 6 de enero de 2014

La evolución por selección natural, ¿es “solo una teoría” o es una teoría?


http://cde.peru.com/ovejanegra/uploads/2011/09/liniers-felini-comics-strip-550.jpg
Hay una gran mayoría de gente, que por alguna razón u otra, no cree que los humanos hayan evolucionado según la teoría de la selección darwiniana Normalmente, lo que se va  a escuchar, pues, que la teoría de la evolución es solo una teoría. Ese énfasis en que sea únicamente una teoría hace alusión a que no ha sido del todo comprobada y no hay por qué creer en sus corroboraciones. Ahora bien, ¿quiénes creen y por qué creen esto? La respuesta más obvia es atribuir esta creencia a los más devotos en una religión, cuya creencia es institucionalizada, al pertenecer a una orden o ser miembro de una comunidad religiosa. La pregunta que yo prefiero hacer es por qué su visión del mundo difiere con la idea que los cambios sobre el tiempo de la especie humana fueron obra de mutaciones genéticas frente a la adaptación al medio ambiente.  
La religión cristiana se caracteriza por dar origen a una manera de enfrentar la inevitable realidad humana: había mucho desconcierto ante los peligros que representaban fenómenos naturales como la muerte, los desastres y las enfermedades (aunque muchas de estas no sean completamente naturales). Freud señala que ese desvalimiento del género humano se compensaba con la idea de que los dioses tenían guardada una mejor vida luego de la muerte, es decir, si su desenvolvimiento en la convivencia con los otros era la más certera; de ese modo, “se atribuirá origen divino a los preceptos culturales mismos, se los elevará sobre la sociedad humana, extendiéndoselos a la naturaleza y al acontecer universal” (Freud, 1927: 18). Las divinidades o, en cuanto a los cristianos, la sola divinidad, protegen a los hombres de los perjuicios que trae consigo estar en la naturaleza, y además, los que ocasionan ellos mismos al juntarse en sociedades. Opino que esta relación que se establece entre la religión y el origen y perpetuación de la cultura occidental es clave para entender lo que pasaré a llamar “la hostilidad a la teoría de la evolución por selección natural”.
Antes que nada, aclaremos una famosa confusión, que ocurre entre la evolución y la selección natural. No son lo mismo, aunque ambos sean términos que se acuñen al trabajo de Charles Darwin, famoso biólogo quien es fundador de esta teoría de la evolución. Evolución, en efecto, significa el cambio a lo largo del tiempo: es un cambio bien particular, pues ocurre en las generaciones siguientes de una especie desde que aparece. No es individual, pues sino se hablaría de desarrollo, no de evolución. Si de niño se pasa a ser adulto joven, esto no significa que se haya evolucionado, sino como un desarrollo humano. Entonces, ¿cuál es el cuestionamiento que hace la religión a la evolución? Recientemente se publicó un análisis estadístico de Pew Research Center, en donde se estimaba que solamente 32% de los estadounidenses creen que la evolución humana se dio por procesos naturales como la selección natural. La investigación se divide en cuál es la reacción ante la evolución por grupos religiosos, y además, por afiliaciones políticas. En cuanto a lo que nos concierne, no muchos dudan acerca de la evolución humana: esta especie, al igual que los otros seres vivos, ha cambiado a lo largo del tiempo. De lo que se trata es que la mayoría no atribuye a la selección natural ese proceso responsable de la evolución: pese a que no se confunden los términos “selección natural” y “evolución”, optan por reducir a la primera como solamente una teoría que no es del todo corroborada. De ahí que una gran mayoría de habitantes de este país, aunque divididos por diferentes modos de realizar la estadística (género, edad, afiliación política, etc.), no favorece las inducciones a las que ha conducido a la ciencia sostener una teoría de la selección natural. No es solamente desconocimiento, rebasa ese estado anímico.
Resulta lícito que haya mucho desinterés hacia esta teoría biológica. Pero también hubo hostilidad. Se sabe que, al menos, ha sido por un breve periodo, prohibida su enseñanza en EEUU, específicamente, en Kansas durante el 2012. Pero el caso que se hizo llamativo en la opinión pública se dio hace décadas, en 1925, cuando estaba vigente una ley llamada “Butler Act”, la cual establecía que toda entidad educativa de Tennessee no debía enseñar alguna teoría que se opusiera a la Divina Creación, pues si fuera así, sería prohibida. En ese sentido, se pasó del desinterés a la hostilidad hacia la evolución humana por procesos naturales.
No me siento conforme con la adecuación de la expresión “teoría” a algo que no haya sido comprobado. Soy un fiel a la contingencia de este mundo, y estoy seguro que muy pocos científicos hoy en día dirían que el universo ha sido interpretado por las mentes humanas por completo: pero ello no significa que no haya hechos que corroboren lo dicho por la teoría de la selección natural. Piénsese en si uno dice que la gravedad es “solamente una teoría”, adhiriéndole ese sentido peyorativo e intolerante al que se le atañe a la selección natural. Sin embargo, no creería que si salta de su cama, no vaya a caer. Las teorías no son llamadas así gratuitamente, así que hay mucha ignorancia al atribuirle a la teoría darwiniana un carácter de no comprobada. Pues bueno, día a día se van elaborando nuevas ideas científicas que van a colindar con la teoría de la evolución. Yo pregunto: ¿ellas tienen el deber de adecuar sus predicciones y resultados a la manera de ver el mundo por parte de las religiones? ¿O se trata más bien de un desafío que se pone a colación frente a ese tipo de creencias, y que por tanto, amerita, y lo ha hecho en algunas ocasiones, mayor debate entre el paradigma científico y el religioso acerca de la naturaleza humana? Opto por responder la segunda pregunta diciendo que así son las cosas. El sentido central de la responsabilidad ética con nosotros mismos, no solamente parte de esa convivencia social por nuestra inteligencia y capacidad de adaptación. Hay muchas otras habilidades psicológicas o, quizá, religiosas que nos han permitido vivir en sociedades y en aparente armonía.

Consultas:
FREUD, Sigmund
2001             El porvenir de una ilusión. Obras completas. Ordenamiento,m comentarios y notas de Strachey con la colaboración de Anna Freud, asistidos por Alix Strachey y Alan Tyson. Traducción directa del alemán de José Etcheverry. Volumen 21. Buenos Aires: Amorrortu editoresPp. 1-56

Pew Research Center
2013             Public’s Views on Human Evolution. Enlace: http://www.pewforum.org/2013/12/30/publics-views-on-human-evolution/


No hay comentarios:

Publicar un comentario